Palabras de espiritualidad

Libertad y responsabilidad

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Como es natural, nuestra plena libertad conlleva también nuestra plena responsabilidad.

Para seguir siendo discípulos del Salvador, fieles a Su Palabra, para conocer la verdad, para llegar a ser libres y liberarnos para siempre de la esclavitud del pecado, es absolutamente necesario que colaboremos en tal labor. El Salvador apela a nuestra libertad, esa que ninguna fuerza del mundo puede arrebatarnos y que ni siquiera Dios se atreve a tocar. “Si quieres tener la vida, guarda los mandamientos”. “Si quieres ser perfecto, ve, vende tus bienes”. “¡Jerusalén, Jerusalén! ¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos... pero no quisisteis!”.

Dios no quiere llevarnos a la fuerza al Paraíso. Porque si entráramos allí con la maldad en el alma, volveríamos a salir, como Adán, aunque él no era tan malo como nosotros. Y aun si entráramos, no en el seno de Abrahán, sino en el mismo seno de Jesús, lo venderíamos como Judas, si no purificamos nuestro corazón del engaño. Pero, como es natural, nuestra plena libertad conlleva también nuestra plena responsabilidad. 

(Traducido de: Arhimandritul Paulin Lecca, Adevăr și PaceTratat teologic, Editura Bizantină, București, 2003, p. 116)