Palabras de espiritualidad

Lo más importante cuando decidimos casarnos

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Al igual que los demás sacramentos, el Matrimonio requiere de una preparación espiritual.

El Matrimonio es uno de los siete sacramentos de la Iglesia. Para un joven cristiano, unirse a una mujer sin recibir la bendición de la Iglesia es como oficiar la Divina Liturgia sin ser sacerdote. Lo primero es una forma de desenfreno, lo segundo, profanar algo santo. Cuando, durante las nupcias se recitan las palabrasm “Se coronan cn gloria y honor”, de hecho se está enalteciendo la vida en pureza de los jóvenes hasta ese momento, y la Iglesia ora porque puedan llevar una vida familiar honrosa y respetable, y por el camino que están empezando.

Al igual que los demás sacramentos, el Matrimonio requiere de una preparación espiritual. Y esta es más importante que cualquier otro preparativo para la boda. No estamos en contra de los festejos, porque también en la Biblia encontramos algunos ejemplos. El mismo Cristo participó en uno de ellos. Sin embargo, para el cristiano lo más importante es la preparación espiritual.

Así, antes del Matrimonio es necesario confesarse con minuciosidad, apartando todas las “aventuras” del pasado, si las hubo. Proceden correctamente los jóvenes que han decidido comulgar juntos, aunque esto no es una norma. Durante la primera parte del oficio nupcial, los jóvenes reciben las argollas matrimoniales, mientras que en la segunda son coronados. El Compromiso es también sacramental, precediendo al Matrimonio propiamente dicho. En un pasado no muy lejano, el Compromiso tenía lugar antes del Matrimonio, a veces con varios meses de anticipación, para que los jóvenes pudieran conocerse mejor y entender la decisión que estaban asumiendo.

(Traducido de: Pr. prof. Gleb Kaleda, Biserica din casă, Editura Cartea Ortodoxă, Bucureşti, 2006, p. 24)