Lo que cuenta para Dios
Dios no recompensa tus actos y su resultado, sino el esfuerzo que pones al hacerlos.
Para Dios no importa la cantidad, sino el esfuerzo, la intensidad de tu empeño, porque todos nos esforzamos de una manera u otra. Si te esfuerzas en orar, pero, aún así, no oras como deberías, Dios bendice tu tesón. Si te esfuerzas en ayudar a alguien, aunque sea poco lo que le des —porque no tienes más—, Dios lo ve con agrado.
Si ayunas, Dios aprecia tu esfuerzo, aunque a veces termines rompiendo tu abstinencia. Para Él, tu esfuerzo es lo más importante. Y es que Dios no recompensa tus actos y su resultado, sino el esfuerzo que pones al hacerlos.
Con todo, a veces veremos personas que, a pesar de haber hecho un pequeño esfuerzo, reciben una recompensa muy grande, o personas que se esfuerzan mucho y reciben una retribución menor. Esto sucede porque Dios conoce lo profundo del corazón de cada hombre, mucho más que nosotros mismos.
(Traducido de: Părintele Cheorghe Calciu, Cuvinte vii, Ediție îngrijită la Mănăstirea Diaconești, Editura Bonifaciu, 2009, p. 65)