Palabras de espiritualidad

Lo que le ocurrió a un pagano que mancilló un poco de agua bendita

  • Foto: Tudorel Rusu

    Foto: Tudorel Rusu

¿Por qué mantiene aquí a este hombre desde hace tantos días, sin que se recupere, y a otros, con enfermedades más serias y graves, inmediatamente les lee una oración y sanan?”

Un turco del pueblo de Telelides ensució un poco de agua bendita de San Juan Crisóstomo. Y el santo, para darle una lección, le envió un severo castigo, haciendo que la cabeza del hombre quedara volteada hacia atrás. Así, lo llevaron con el Hagi-efendi, para que orara por él y pudiera recuperar la posición normal de su cabeza. No obstante, el padre lo tuvo con él una semana entera, sin leerle oración alguna. Uno de sus discípulos, viendo que el turco llevaba ya una semana en el lugar, le preguntó al padre Arsenio:

Con su bendición, padre... ¿por qué mantiene aquí a este turco desde hace tantos días, sin que se recupere, y a otros, con enfermedades más serias y graves, inmediatamente les lee una oración y sanan?

Lo tengo bajo un canon de penitencia, porque es muy testarudo y desvergonzado. Si hago que sane pronto, nuevamente correrá a meter su calva cabeza en el agua bendita.

Un par de días después, el padre leyó algunas oraciones ante el turco, y este pudo mover nuevamente la cabeza. Sin embargo, antes de dejarle ir, el padre le dijo:

La próxima vez, cuando veas las cosas de los cristianos, haz una reverencia desde lejos y sigue tu camino.

(Traducido de: Sfântul Cuvios Paisie Aghioritul, Sfântul Arsenie Capadocianul, Editura Evanghelismos, p. 87)