Alguien decía que el Paraíso empieza ya desde este mundo. El Señor nos prometió un Paraíso que tiene su inicio justo aquí, en la tierra. Quien no sea capaz de sentir el gusto del Paraíso en esta vida, tampoco podrá amarlo en la vida eterna.

Quien no haya gustado el Paraíso en esta vida, ¿cómo podrá acostumbrarse a él durante una eternidad entera? Quien en esta vida odie la Palabra de Dios, porque le parece pesado pasar un tiempo del día de rodillas, orando a los pies del Señor, ¿cómo podrá amar las cosas espirituales en el Cielo, durante una eternidad entera?

Para que podamos alcanzar la vida y la felicidad eternas, desde este mundo, desde esta vida tenemos que empezar a gustar su dulzura. Ya desde este mundo tenemos que dejarnos envolver por un amor profundo y una fuerte devoción por las cosas del alma.

(Traducido de: Preotul Iosif Trifa, Oglinda inimii omului, Editura Oastea Domnului, Sibiu, 2009, pp. 87-88)