Palabras de espiritualidad

Los buenos pensamientos

  • Foto: Oana Nechifor

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El progreso espiritual del discípulo no depende de si tiene un buen confesor, sino de sus propios pensamientos virtuosos.

En los inicios de su vida espiritual, el hombre aleja los malos pensamientos con la meditación, la oración y la lucha porfiada. Luego aparecen los buenos pensamientos. Posteriormente, cesan también los pensamientos buenos y surge la iluminación espiritual.

Reprendiendo al mal, a menudo no conseguimos nada. Haciendo el bien, empujamos al mal a reprenderse a sí mismo.

Para purificar la mente y el corazón, el cristiano que lucha debe dejar de aceptar los pensamientos perniciosos y perfidos. Debe luchar, en la medida de sus posibilidades, con simplicidad, humildad y entrega.

El progreso espiritual del discípulo no depende de si tiene un buen confesor, sino de sus propios pensamientos virtuosos.

Si quieres volverte un asceta y vivir en el silencio, alcanza primero la paz interior, por medio de los buenos pensamientos.

(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Mica filocalie, Editura Egumeniţa, Galaţi, 2009, p. 56-57)