Palabras de espiritualidad

Los buenos pensamientos y la Gracia de Dios

  • Foto: Valentina Birgaoanu

    Foto: Valentina Birgaoanu

No confíes en lo que te diga tu mente, ni aunque te susurre que no eres nada, o que eres un santo.

Los pensamientos “buenos”, pero movidos por el orgullo, son atrapados por el demonio. Al contrario, éste no tiene ningún poder sobre los pensamientos buenos engendrados desde la humildad y el amor.

Que nadie confíe en su propia mente, porque si es un hombre espiritual, se terminará desviando, y si es un hombre mundano, terminará perdiendo la razón.

No confíes en lo que te diga tu mente, ni aunque te susurre que no eres nada, o que eres un santo.

El hombre, cuando acepta todo lo que le ocurre, manteniendo sus pensamientos a la diestra, recibe el auxilio que necesita. Por el contrario, cuando ejecuta los pensamientos que vienen del otro lado, sufre, se debilita, se pierde.

Buenos pensamientos = vaciarse = Gracia de Dios.

Sólo cuando el hombre piensa con virtud, consigue que la Gracia divina venga a él.

(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Mica filocalie, Editura Egumeniţa, Galaţi, 2009, p. 128-132)