Palabras de espiritualidad

Los frutos de la Divina Liturgia

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Solamente un árbol sano puede dar frutos sanos. Esta es una ley natural.

“Por sus frutos los conoceréis”” (Mateo 7, 16).

Por los dulces, vivificadores y dadores de felicidad frutos de la Divina Liturgia, de los Purísimos Sacramentos del Cuerpo y la Sangre del Señor, conoceremos que la Liturgia es Suya y que nos llena del Espiritu Divino, y que ese Espíritu Santísimo, que nos da vida, respira en todas las oraciones y en todas las disposiciones de los santos actos litúrgicos.

La Liturgia es como un árbol maravilloso, lleno de vida, con hojas vigorosas y ricos frutos. Y sus hojas también nos sanan, no solamente sus frutos. ¿Hay alguien que no haya obtenido un rico provecho espiritual, con paz y dulzura en el alma, aún participando una sola vez, con devoción, en la Divina Liturgia?

Solamente un árbol sano puede dar frutos sanos. Esta es una ley natural.

(Traducido de: Sfântul Ioan din Kronstadt, Viaţa mea în Hristos, Editura Sophia, Bucureşti, 2005, p. 181)