Palabras de espiritualidad

Los niños “graban” todo lo que ven y oyen

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Los niños juegan, pero, al mismo tiempo, absorben todo lo que sucede alrededor. Es importantísimo entender esto, porque muchas veces decimos: “¡Los niños no se dan cuenta!”. No es así: los niños ven y oyen todo. Algunas veces, el niño dice: “Mira, papá, aquello que buscabas está ahí”. Lo ha visto todo, aún estando ocupado con sus juegos.

El televisor es uno de los inventos que más pervierten a los niños, porque ellos absorben absolutamente todo lo que aquel aparato les presenta. Para los adultos, sin embargo, tal artefacto no representa mayor peligro, justamente porque pueden elegir qué es lo que quieren ver.

La razón y el alma del niño trabajan de una forma que no podríamos imaginarnos. El niño recibe la mitad de su información sobre la vida, antes de alcanzar los tres años de edad. La literatura espiritual nos habla ya de esto, y esta es la razón por la cual la Madre del Señor fue llevada por sus padres, a esa edad, al Templo.

Los niños juegan, pero, al mismo tiempo, absorben todo lo que sucede alrededor. Es importantísimo entender esto, porque muchas veces decimos: “¡Los niños no se dan cuenta!”. No es así: los niños ven y oyen todo. Algunas veces, el niño dice: “Mira, papá, aquello que buscabas está ahí”. Lo ha visto todo, aún estando ocupado con sus juegos.

Y si la principal condición para una educación ortodoxa normal en la familia es, precisamente, la formación en las cosas de la Iglesia, la información que nos ofrece el televisor no es sino todo lo contrario y ajeno a aquel modelo. (Protoiereo Valeriano Krechetov)

(Traducido de: Cum să educăm ortodox copilul: 300 de sfaturi înţelepte pentru părinţi, de la sfinţi şi mari duhovnici, traducere din limba rusă de Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, Bucureşti, 2011, p. 83)