Los niños necesitan oraciones cortas y fáciles
Lo mejor es que, luego de analizarlo bien, orando y aconsejándose con alguien más preparado, los padres compongan para los niños una oración corta o una regla de oraciones más simple. Así, poco a poco y mientras crecen, ellos podrán ir agregando otras, más largas.
Muchas familias intentan imponer una regla de oración larga y frecuente a los niños. Desafortunadamente, sucede que ellos, al crecer, empiezan a odiar eso que sus padres les han impuesto. Recuerdo haber leído un libro escrito por un importante sacerdote contemporáneo, quien, dirigiéndose a un jovencito, utilizaba estas palabras: “No es necesario que aprendas tantas oraciones. Es suficiente con que sepas el Padre Nuestro y el Ave María”. Cierto es que, todo lo que está relacionado a la santidad, a la grandeza y a la Iglesia, debe ser aceptado por el niño, en la medida en que pueda asimilarlo.
Un niño pequeño apenas consigue escuchar la regla entera de oraciones matinales. Sólo los niños extraordinarios, elegidos por Dios, pueden orar conscientemente mucho más tiempo.
Lo mejor es que, analizándolo bien, orando y aconsejándose con alguien más preparado, los padres compongan para los niños una oración corta o una regla de oraciones más simple. Así, poco a poco y mientras crecen, podrán ir agregando otras, más largas.
Así, llegará el día en el que el pequeño deseará empezar solo a hacer las oraciones de la regla mayor. Los niños siempre gustan de imitar a los adultos, así que cuando comience a orar como estos, tendrá ya una oración más perseverante, más fuerte. Si no actuamos así, el niño temerá a sus padres y sólo hará como si está orando.
(Traducido de: Pr. Maxim Kozlov, Familia - ultimul bastion: răspunsuri la întrebări ale tinerilor, traducere din limba rusă de Eugeniu Rigoti, Editura Sophia, București, 2009, pp. 202-203)