Los niveles del pecado
De todo esto, la primera es inocente, la segunda, no, indudablemente; la tercera, según el estado del que lucha. Y la lucha brinda sea coronas o castigos.
Los Padres establecieron, con su don de discernimiento, que una cosa es el embaucamiento, otra la participación, otra el consentimiento, otra la servidumbre o esclavitud, otra la lucha y otra la llamada pasión del alma
El embaucamiento, reconocen los beatos Padres, es el pensamiento simple o imagen de algo llevado al corazón de forma entendible.
La participación es el diálogo con lo que se nos ha mostrado de forma viciosa o no viciosa.
El consentimento es el beneplácito del alma ante lo que se le acaba de mostrar.
La servidumbre o esclavitud es la coerción ejercida sobre el corazón o el sometimiento del corazón ante aquella cosa y la pérdida de nuestro estado normal.
La lucha presupone una fuerza igual de vigorosa a aquella con la cual se bate, fuerza que vence o es vencida.
La pasión es eso que se anida por largo tiempo en el alma, esa impureza que la lleva a acostumbrarse con ella, de manera que el alma procede voluntariamente y por sí misma a los actos.
De todo esto, la primera es inocente, la segunda, no, indudablemente; la tercera, según el estado del que lucha. Y la lucha brinda sea coronas o castigos.
(Traducido de: Sfântul Ioan Scărarul, Filocalia sau culegere din scrierile Sfinţilor Părinţi care arată cum se poate omul curăţi, lumina şi desăvârşi,vol. IX, Ed. IBMBOR, Bucureşti,1980. p. 241)