“¡Mamá, quiero levantarme y caminar!”
A partir de ese momento, la muchacha pudo caminar con normalidad.
Un milagro ocurrido gracias a las oraciones de Santa Xenia tuvo lugar en 1959, en la capilla del cementerio dedicado al Ícono de la Madre del Señor de Smolensk. Fueron testigos de ello casi una centena de personas. El relato del milagro nos ha llegado gracias a un conocido del padre Sergio Yeludkov.
La madre de una jovencita de 15 años, paralítica debido a la poliomelitis sufrida cuando pequeña, se acercó al padre Sergio para pedirle que hiciera una oración a Santa Xenia. Aquella madre llevaba a su hija en una silla de ruedas, porque la chica era incapaz tan siquiera de mover un poco sus miembros inferiores.
Parece que todo esto sucedió un domingo, después de la Divina Liturgia, porque la iglesia estaba llena. El sacerdote, atendiendo aquella petición, hizo un oración a Santa Xenia, y después la gente comenzó a salir del templo, incluso la madre con la muchacha inválida.
Repentinamente, la chica dijo: “¡Mamá, quiero levantarme y caminar!” y se levantó de la silla de ruedas, avanzó un par de pasos y se sentó. Nuevamente se levantó y comenzó a caminar despacio, sola, ante la mirada atónita de todos los presentes.
A partir de ese momento, la muchacha pudo caminar con normalidad.
(Traducido de: Sfânta Xenia cea smerită și nebună pentru Hristos, traducere de prof. Elena Călin, Editura Bunavestire, Bacău, 2001, pp. 133-134)