¡Mantengamos el corazón alegre, aún en medio de las penas!
Tener un corazón contento nos permite mantenernos enteros, aún en medio de un mar de aflicciones, con confianza en nosotros mismos. No importa si hemos sufrido enfermedad, sufrimiento, ataques, difamaciones, maldades, abusos; con todo, seguimos adelante con decisión. Por eso, debemos aprender a reir con el corazón.
Estoy convencido que vale mucho más un abrazo fuerte, una mirada amable, una sonrisa de corazón, estar al lado de quien amamos cuando llora, que cualquier profunda explicación teológica o alguna lección refinada de psicología.
El hombre suele aceptar, con muchísima dificultad, el dolor, el sufrimiento, las enfermedades y la muerte. Precisamente por eso, debemos aprender a reir con el corazón. Viajando por el mundo y partiendo de mi propia experiencia, puedo aseverar que he conocido la increíble capacidad de recuperación que tiene el ser humano. Tener un corazón contento nos permite mantenernos enteros, aún en medio de un mar de aflicciones, con confianza en nosotros mismos. No importa si hemos sufrido enfermedad, sufrimiento, ataques, difamaciones, maldades, abusos; con todo, seguimos adelante con decisión. Por eso, debemos aprender a reir con el corazón.
Creo que Dios se encuentra precisamente en nuestra capacidad de recuperarnos, de volver a una vida plena, llena de significado, después de haber sufrido enfermedades serias y en la capacidad de reir con el corazón, aún en medio de las dificultades. Soy una persona que ha sido golpeada e insultada por la vida, de muchísimas formas. Y, sin embargo, sigo convencido que aprender a reir con el corazón te permite salir de la oscuridad sin sentido. ¡Te puede ayudar a renacer!
(Traducido de: Valerio Albisetti, Să râdem cu inima – o metodă simplă pentru a trăi mai senin, traducere de Luminița Cosma, Editura Pauline, București, 2004, pp. 51-52)