Palabras de espiritualidad

Mientras más desciende el hombre en la humildad, más lo enaltece el Señor

    • Foto: Benedict Both

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Translation and adaptation:

La humildad se expresa por medio del constante recuerdo de nuestra nimiedad esencial y por el más severo juicio de nosotros mismos.

Para pintar de una mejor forma el cuadro de nuestro camino cristiano, al igual que los Santos Padres, utilizaremos el método de la parábola.

Cuando vemos un árbol ancestral, que eleva su copa hacia lo alto, sabemos que la fuerza de las raíces que lo sostienen debe ser semejante a sus dimensiones. Si sus raíces no penetraran en las oscuras entrañas de la tierra, quizás tan profundamente como alto es el árbol y si sus fuerzas no fueran equivalentes al volumen y peso de las partes visibles del árbol, tanto las primeras como las segundas serían incapaces de alimentarle y sostenerle. Un simple viento le terminaría derribando.

Lo mismo ocurre con la vida espiritual del hombre. Si concientizáramos la grandeza de nuestro llamado en Cristo, en otras palabras, nuestra elección en el inmemorial Consejo de Dios para ser adoptados, anterior a la creación del mundo, no nos envaneceríamos, sino que verdaderamente nos haríamos más humildes.

En verdad, la humildad, hallándonos en la oscuridad del mundo, es necesaria para todos, para mantenernos en el verdadero espíritu cristiano. Ella se expresa por medio del constante recuerdo de nuestra nimiedad esencial y el más severo juicio de nosotros mismos. Mientras más desciende el hombre en la humildad, más lo enaltece el Señor. “En verdad os digo... Todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille, será ensalzado” (Lucas 18, 14).

(Traducido de: Arhimandritul Sofronie Saharov, Vom vedea pe Dumnezeu precum este, traducere de Părintele Rafail Noica, Editura Sophia, Bucureşti, 2005, p. 107)