Algunos dicen que son lo que son debido a la forma en que fueron tratados cuando niños. Es cierto, las experiencias vividas en la infancia pueden influir en la vida de la persona. Pero Dios no quiere esto. Con Su gracia podemos dejar atrás todo aquel pasado. No debemos quedarnos atascados en nuestra infancia, para siempre. No es correcto pasarnos el tiempo repitiendo: “soy lo que soy porque mis padres me hicieron sufrir cuando era niño y por eso no puedo cambiar"-

Podemos dejar atrás todas esas esperiencias. Las podemos vencer. Las podemos superar. Talvez tus padres no se portaron bien contigo, ¿pero cómo te comportas tú contigo mismo, hoy? ¿Te complaces lamentándote, para recibir la piedad de los demás... o sigues tu propio camino para que, con la ayuda de Dios, puedas dejar atrás los límites de tu infancia?

(Traducido de: Vitamine duhovnicești pentru întărirea sufletului - zi de zi cu Hristos de-a lungul anului bisericesc, Editura Sophia 2009, p.65)