Palabras de espiritualidad

¡No le permitamos al maligno entrar en nuestra alma!

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Si nos ocupamos de nuestra propia salvación, no le permitiremos avanzar ni siquiera en las cosas más insignificantes, para poder así custodiar las más importantes.

El demonio nos ataca con una ferocidad sin igual y envidia nuestra salvación, asediándola por todos los lados. Por ello, estamos, obligados a velar, a estar atentos y a protegernos de sus golpes, que pueden venir de cualquier parte. Si encuentra el más pequeño resquicio, tratará de hacerse una entrada lo más amplia posible y, sin que lo percibamos, inoculará en nosotros todo su poder.

Si nos ocupamos de nuestra propia salvación, no le permitiremos avanzar ni siquiera en las cosas más insignificantes, para poder así custodiar las más importantes.

Sería incomprensible que él muestre tanto celo esforzándose por perder nuestra alma, en tanto que nosotros no seamos capaces ni siquiera de demostrar un cuidado semejante luchando por nuestra propia salvación, al menos tanto como su afán por perdernos.

(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Diavolul și magia, culegere de texte patristice și traducerea lor în neogreacă de Ieromonah Benedict Aghioritul, traducere din neogreacă de Zenaida Anamaria Luca, Editura Agaton, Făgăraș, 2012, p. 53)