No nos permitamos tener un alma vacía
¡Hagamos todo lo posible para llenar nuestra alma con Cristo!
Cuando alguien está vacío de Cristo, vienen cientos o miles de cosas para ocupar Su lugar: la envidia, el aburrimiento, la melancolía, los pensamientos materiales, las alegrías mundandas. ¡Hagamos todo lo posible para llenar nuestra alma con Cristo, para no tenerla vacía! Nuestra alma es como un estanque lleno de agua. Si derramas esa agua sobre flores, es decir, sobre las virtudes, si la conduces al camino del bien, vivirás la verdadera alegría, y las espinas de la maldad se secarán. Sin embargo, si derramas esa agua sobre maleza y espinos, estos crecerán y te sofocarán, y todas tus flores empezarán a morir.
(Traducido de: Ne vorbeşte părintele Porfirie – Viaţa şi cuvintele, Traducere din limba greacă de Ieromonah Evloghie Munteanu, Editura Egumeniţa, 2003, pp. 295-296)