No olvides que Dios ve lo que haces
Sé siempre íntegro y honesto en tu trabajo. Y, cuando tengas éxito, atribúyeselo a Dios.
Que todo tu trabajo sea para gloria de Dios. Recuerda que Él te ve en todas partes: ve tus acciones, tus ocupaciones, tus sentimientos, tus pensamientos y tus deseos. Además, no olvides que Él te recompensará por todas tus buenas acciones. No empieces nada sin antes orar a Dios, porque lo que decimos o hacemos sin oración, después demuestra ser incorrecto o perjudicial.
Nuestro Mismo Señor dijo: “Sin Mí nada podéis hacer” (Juan 15, 5). Sé siempre íntegro y honesto en tu trabajo, y cuando tengas éxito atribúyeselo a Dios. Haz todo aquello que te resulte difícil, asumiéndolo como un castigo por tus pecados, con espíritu de obediencia y humildad. Y, al terminar tus actividades, no te olvides de agradecerle a Dios con tu corazón.
(Traducido de: Arhimandritul Serafim Alexiev, Viața duhovnicească a creștinului ortodox, traducere din limba bulgară de Valentin-Petre Lică, Editura Predania, București, 2010, p. 69)