¡No renuncies al esfuerzo, aunque el mismo infierno se levante en tu contra!
Confíen en que “el Señor está cerca de los que lo invocan, de los que lo invocan con sinceridad” (Salmos 144, 18). ¡Amén!
Anímense en el esfuerzo y no renuncien a él, aunque el mismísimo infierno se levante contra ustedes y el mundo entero les amenace con el mal. Al contrario, confíen en que “el Señor está cerca de los que lo invocan, de los que lo invocan con sinceridad” (Salmos 144, 18). ¡Amén!
Vengan con más frecuencia a la iglesia de Dios. Cuando algún problema les aflija, lo mejor es permanecer en un rincón en la penumbra, para orar y llorar con toda el alma. Y el consuelo del Señor vendrá, con toda certeza. Y dirán: “Señor, creía que no había salida para aquel problema. ¡Mas Tú, Señor, me ayudaste!".
(Traducido de: Stareţul Varsanufie de la Optina, Colecţia Cuvioşi stareţi de la Optina, Editura Doxologia, p. 281;2284)