¡No respondas a los insultos, mejor calla!
Si alguien te dice algo ofensivo, no le respondas. Si callas, desarmas al otro.
Padre, ¿cómo podemos mitigar la ira?
—La ira se aplaca con la humildad y el silencio. ¿Por qué decimos que la serpiente es astuta? Aunque tiene un arma muy poderosa, su veneno, con la cual podría provocar mucho daño, cuando oye un leve ruido, se va, sin enfrentar abiertamente al intruso, sino que se aleja antes de irritarse.
También tú, hermano, si alguien te dice algo ofensivo, no le respondas. Si callas, desarmas al otro. Un día cualquiera, estando en mi celda, fui testigo de cómo mi gato, Dikas, advirtió desde la distancia la presencia de un pequeño sapo. Travieso como es, Dikas corrió a intentar asustar al batracio, pero este permaneció impasible. Después de muchos intentos fallidos, Dikas renunció a molestar al sapo, y se fue. Por decirlo de alguna manera, el pequeño sapo, con su silencio y su “humildad”, terminó imponiéndose a su amenazante contendiente. Pero, si se hubiera movido tan solo un poco, seguramente Dikas le habría propinado un manotazo de dolorosas consecuencias.
(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Cuvinte duhovnicești, Vol. V Patimi și virtuți, Editura Evanghelismos, București, 2007, p. 133)