No se trata de sentarse a esperar a que “llueva” la ayuda divina
Hoy en día, todos, grandes y pequeños, buscan siempre lo más fácil, lo más sencillo de hacer. Los hombres “espirituales” buscan cómo santificarse con cada vez menos esfuerzo, los laicos quieren ganar dinero sin trabajar, y los jóvenes pretenden pasar los exámenes sin haber estudiado.
Actualmente, la mayoría de personas no han gustado el gozo del sacrificio, y no aman el esfuerzo. En sus almas han entrado la desidia, el interés personal y el confort. Faltan la abnegación del alma y el sacrificio de sí mismo.
La mayoría considera una ganancia obtener algo sin trabajo, cuando se trata de cosas materiales, y se llenan de disgusto si no ganan nada. Pero, si enfrentaran todo espiritualmente, tendrían que alegrarse por cada ocasión para esforzarse denodadamente.
Hoy en día, todos, grandes y pequeños, buscan siempre lo más fácil, lo más sencillo de hacer. Los hombres “espirituales” buscan cómo santificarse con cada vez menos esfuerzo, los laicos quieren ganar dinero sin trabajar, y los jóvenes pretenden pasar los exámenes sin haber estudiado. Quisieran ganarse los diplomas sin salir de la cafetería, con una simple llamada de teléfono para conocer los resultados...
Sí, hasta ese extremo hemos llegado. Muchos jóvenes vienen a buscarme, y yo les recomiendo: “¡Ora para que puedas absolver tus exámenes!”. No quieren aprender, pero dicen: “Dios me puede ayudar”. “Aprende”, les digo, “¡y ora también!”. “¿Para qué aprender, si Dios me puede ayudar aun sin haber estudiado?”.
¡Quieren que Dios bendiga la pereza! ¡Eso es imposible! Si el chico estudia, pero no retiene lo que lee, Dios le ayuda. Hay estudiantes que no retienen lo leído, o talvez no lo entienden, pero se esfuerzan. A ellos Dios los ayuda a crecer en inteligencia.
(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Cuvinte duhovnicești. Volumul I. Cu durere și dragoste pentru omul contemporan, Editura Evanghelismos, București, 2012, pp. 248-249)