No solo las cosas de este mundo… ¡acuérdate primero de las que provienen de lo alto!
Hagas lo que hagas, procura mantener una mente humilde y guardar el equilibrio en todo, y grande será el provecho que obtendrás de tus acciones.
Si te preocupa limpiar la basura de tu jardín, esfuérzate en limpiar también los apetitos que haya en tu interior. Del mismo modo, si te dedicas a limpiar la ceniza de la cocina, acuérdate de aquellas palabras del profeta: “En vez de pan como ceniza, y mezclo mi bebida con mis lágrimas” (Salmos 101, 10).
Viendo este fuego destructor, acuérdate también de la llama eterna, que consumirá a los pecadores, y llora por tus pecados. Hagas lo que hagas, procura mantener una mente humilde y guardar el equilibrio en todo, y grande será el provecho que obtendrás de tus acciones, y también atraerás la Gracia de Dios hacia ti. Porque dice: “El Señor se opone a los orgullosos y a los humildes les concede Su don” (Proverbios 3, 34).
(Traducido de: Everghetinosul, vol. 1-2, traducere de Ștefan Voronca, Editura Egumenița, Galați, 2009, p. 141)