Nuestro compromiso con el servicio a la Verdad
Es con nuestra propia vida que damos testimonio de la Verdad, ¡no solamente con palabras!
Esa es la cúspide de todo. Tiene razón, padre. ¡Tenemos que imitar a Cristo!
—Cada uno tiene que empezar por sí mismo. Un día, una persona vino a lamentarse conmigo. Y yo le respondí: “¿A ti que te importa, hermano, lo que hagan tus semejantes? ¡Lo que tiene que importarte es lo que hagas o dejes de hacer tú!”. Es con nuestra propia vida que damos testimonio de la Verdad, ¡no solamente con palabras! Siempre se ha cometido ese mismo error: hablar más que hacer. ¡Con la vida damos testmonio! Tenemos que dar testimonio de la Verdad, estemos donde estemos, con una serenidad palpable y una sonrisa permanente, para que todos vean que somos personas felices. Como sacerdotes, celebremos los oficios litúrgicos con amor, porque nuestra Divina Liturgia, la de los ortodoxos, y, en general, los demás oficios —desde luego, presididos por el sacerdote— contienen una gran abundancia de detalles que nos quieren comunicar grandes cosas.
(Traducido de: Ne vorbește Părintele Arsenie, ed. a 2-a, vol. 2, Editura Mănăstirea Sihăstria, 2010, pp. 9-10)