Nuestro enemigo es un gran experto en toda clase de ardides
Al enfrentar la tentación, tenemos que demostrar nuestra paciencia y orar con fervor. El maligo es un gran experto y cuenta con un sinfín de artimañas para intentar hacernos caer.
Al enfrentar la tentación, tenemos que demostrar nuestra paciencia y orar con fervor. El maligo es un gran experto y cuenta con un sinfín de artimañas para intentar hacernos caer. ¿Cómo? Sembrando en nuestra alma estados como el desasosiego y la pesadumbre. Ciertamente, nuestro enemigo es muy avezado en toda clase de ardides. Y puede llevar al hombre a trastrabillar.
Por eso es que muchas veces terminamos naufragando. Cuando enfrentamos las tentaciones, la Gracia de Dios desciende sobre nosotros. Las tentaciones nos ayudan a constatar cuán débiles somos, y, humillándonos, atraemos la Gracia de Dios. Así, los vendavales de las tentaciones pasan sin afectarnos, incapaces de perjudicarnos.
(Traducido de: IPS Andrei Andreicuț, Mai putem trăi frumos? Pledoarie pentru o viață morală curată, Editura Reîntregirea, Alba Iulia, 2004, pp. 56-57)