Palabras de espiritualidad

¡Ojo con los intentos del maligno de distraerte cuando oras!

  • Foto; Magda Buftea

    Foto; Magda Buftea

Tú, hijo, como un verdadero soldado de Cristo, esfuérzate, aparta la pereza y pon todo tu empeño, porque “el Reino de los Cielos es algo que se conquista, y los más decididos son los que se adueñan de él”  (Mateo 11, 12).

Nuestro astuto y perverso enemigo, el demonio, sabe cuánto bien le hace al hombre la oración y cuánto esta le agrada a Dios. Por tal razón, urde distintos medios para impedir que el hombre ore.

A veces, lo distrae con distintas actividades, “necesarias”, digamos, para que su oración se vaya postergando, o incluso para que el hombre llegue a despreciarla. Otras veces, cuando la persona esta orando, para distraerla, le hace recordar distintas cosas, siempre con el propósito de alejarla del diálogo con Dios. Y otras veces, lo que hace es causarle a la persona dolores de cabeza o cierta agitación mental, para conseguir que su oración pierda constancia y fervor.

Pero tú, hijo, como un verdadero soldado de Cristo, esfuérzate, aparta la pereza y pon todo tu empeño, porque “el Reino de los Cielos es algo que se conquista, y los más decididos son los que se adueñan de él”  (Mateo 11, 12).

(Traducido de: Părintele Filothei Zervakos, Ne vorbește Părintele Filothei Zervakos, Editura Egumenița, p. 295)