¿Oramos por nuestros sacerdotes?
¡Acostumbrémonos a ayunar por nuestro párroco, que así le ayudaremos a ser mejor, ayudándonos también a nosotros mismos!
Si nos apartamos de Dios, Él nos quita nuestros padres espirituales y deja solamente unos pocos; o les despoja el don de la palabra y el valor de reprender el pecado de frente, y nos amonesta con enfermedades y aflicciones. Y, en vez del Espíritu Santo y los padres espirituales experimentados, lo que se multiplica son las sectas.
¡Amemos a nuestros sacerdotes y oremos por ellos, porque asi los haremos más buenos, y no unos pesarosos y murmuradores! ¡Además, acostumbrémonos a ayunar por nuestro párroco, que así le ayudaremos a ser mejor, ayudándonos también a nosotros mismos! Si hacemos esto, Dios los iluminará para que nos guíen a la salvación.
(Traducido de: Mi-e dor de Cer – Viața părintelui Ioanichie Bălan, Editura Mănăstirea Sihăstria, 2010, p. 530)