Otros aspectos de la oración como el diálogo entre Dios y el hombre
Solamente el diálogo con Dios nos da la libertad completa ante la naturaleza y ante nosotros mismos.
Evagrio Póntico dice: ‟El estado de oración es una disposición de pureza obtenida por medio de la práctica, que eleva a cimas accesibles, valiéndose del amor perfecto, a la mente juiciosa y espiritual”.
Es gracias a la oración que el hombre se ha ganado su libertad ante la naturaleza, porque entra en relación directa con Dios, Quien, como Persona superior, se halla sobre la naturaleza y más allá de todas las pasiones. ‟La oración es el diálogo de la mente con Dios. ¿De qué otro estado podría necesitar la mente para poder dirigirse, sin volver la vista atrás, más allá de sí misma, hasta llegar a su Soberano, para conversar con Él sin la mediación de nadie?”.
El mismo diálogo amoroso con otra persona nos concede la libertad en relación con la naturaleza exterior y con nosotros mismos. Pero solamente Dios puede darnos e inspirarnos semejante amor ante cualquier otra persona. Justamente en relación con Dios podemos librarnos verdadera y perseverantemente de nosotros mismos, porque Su persona nos atrae con la riqueza infinita y generosa de Su amor, para que nos olvidemos de nosotros mismos. En consecuencia, solamente el diálogo con Dios nos da la libertad completa ante la naturaleza y ante nosotros mismos, haciéndonos capaces de expresar esta libertad cuando dialogamos también con otras personas humanas.
(Traducido de: Părintele Dumitru Stăniloae, Rugăciunea lui Iisus şi experienţa Duhului Sfânt, Editura Deisis, Sibiu, 1995, pp. 70-71)