Para alcanzar la protección de Dios
Acudan pronto a confesarse y a comulgar, porque no hay otra manera de que la protección de Dios venga a cada uno de ustedes.
Todos aquellos que quieran que la misericordia de Dios descienda sobre sus hogares y sobre sus actividades de cada día, deben purificar sus almas con la oración, con una confesión completa y con el ayuno. Y así verán cómo desciende la piedad de Dios y también Su protección sobre sus hogares y sobre todo lo que hagan.
Arrepiéntanse y dejen de pecar. Acudan pronto a confesarse y a comulgar, porque no hay otra manera de que la protección de Dios venga a cada uno de ustedes. Tampoco olviden que el ayuno es la entrada, pero la estola es la puerta. Y es por medio de esto que viene el amparo vivo de Dios, sin el cual no podemos hacer nada.
(Traducido de: Ieromonahul Arsenie Boca, Vreau să schimb lacrimile voastre în bucurie, Editura Agaton, Făgăraş, 2014, p. 26)