Palabras de espiritualidad

Para definir al verdadero padre de familia

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

¡Más le valdría al hombre no haber nacido, que nacer y perderse eternamente!

Es muy útil estudiar las ciencias y las artes, sí. Pero lo verdaderamente necesario es aprender a vivir cristianamente. Así, a los padres les digo: ¡recuerden siempre estas palabras, para no convertirse en los asesinos de los hijos que han traído al mundo! Un padre verdadero no es aquel que engendra, sino el que sabe criar y educar a sus retoños. El que engendra solamente da vida, en tanto que el que cría y enseña bien ofrece una buena vida.

Ciertamente, tenemos un deber para con los padres que nos concibieron, pero nuestra obligación para con los padres que nos criaron y nos formaron en la fe es aún mayor; nuestros padres “biológicos” lo son para esta vida temporal, en tanto que quienes nos han educado en la fe correcta, nos han dado a luz para la Vida Eterna: “el que observe y enseñe los Mandamientos, ése será grande en el Reino de los Cielos” (Mateo 5, 19).

¡Bienaventurado el padre que haya engendrado tanto para esta vida como para la vida futura! Pero, por otra parte, ¡ay del aquel que engendre hijos para esta vida, pero a la vez les cierre la puerta hacia la vida eterna, sea con la mala educación que les da, o haciéndoles caer en tentaciones! ¡Más le valdría al hombre no haber nacido, que nacer y perderse eternamente!

(Traducido de: Cum să educăm ortodox copilul: 300 de sfaturi înţelepte pentru părinţi de la sfinţi şi mari duhovnici, traducere din limba rusă de Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, Bucureşti, 2011, pp. 63-64)