Palabras de espiritualidad

Para entender por qué actualmente se ha debilitado la oración

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

El progreso espiritual de cada uno empieza con estas palabras: “Concédeme, Señor, ver mis propios pecados y no condenar a mi hermano...”.

Padre, ¿por qué se ha debilitado el fervor por la oración y la virtud, tanto en los monasterios como entre los laicos?

—Porque la misma fe se ha debilitado en todo el mundo. Actualmente, monjes y laicos aseguran que ya no es posible orar como se hacía en el pasado. Sólo con trabajo y esfuerzo, algunos buenos monjes y laicos conservan su oración pura de día y de noche. Los demás se hallan permanentemente envueltos en sus preocupaciones, sea por causa de sus propias debilidades o por su relación con los demás, de manera que, al orar, sus mentes están llenas de pensamientos y dispersión. Tomando en cuenta los tres ataques que hubo de soportar el Señor al ser tentado por el maligno —primero la gula, después el orgullo y al final la falta de fe—, la victoria ante cualquier ataque consiste en que “Alabemos a Dios nuestro Señor y sólo a Él debemos servirle”. Hoy en día, es grande la disputa entre las dos hermanas de Lázaro, Marta y María, quien eligió la mejor parte. En el caso de los monasterios, porque en todos los aspectos Marta somete a María y no la deja orar más, haciendo que esta última llore desconsolada. Si pusiéramos primero las cosas de la Iglesia y la alabanza a Dios, es decir, a María, y después las demás labores de obediencia monacal y el trabajo manual, es decir, a Marta, todos nuestros monasterios e iglesias florecerían y el demonio huiría despavorido. Y es que el progreso espiritual de cada uno empieza con estas palabras: “Concédeme, Señor, ver mis propios pecados y no condenar a mi hermano...”.

(Traducido de: Arhimandrit Ioanichie Bălan, Paisie Duhovnicul, Editura Apologeticum, p. 13)