¿Para qué orar cada noche?
“¿Para qué orar?”, preguntas de nuevo. Estás lleno de autosuficiencia y te sientes satisfecho contigo mismo. No necesitas pedir nada...
De noche, cansado por el esfuerzo de un día entero, no tengo ya ganas de orar. ¿Para qué habría de orar?
¿Cómo es posible que no tengas ninguna disposición de hablar con el Señor, a pesar del cansancio? ¿Acaso has llegado a creer que sólo las diversiones revigorizan al hombre? ¡Todo eso lo cansa más, mientras que la oración atrae la Gracia divina, que hace descansar al cuerpo y al alma!
Luego, no oras porque te sientes enfadado con Dios, o porque crees que no necesitas de Él.
“¿Para qué orar?”, preguntas de nuevo. Estás lleno de autosuficiencia y te sientes satisfecho contigo mismo. No necesitas pedir nada...
Cada noche, por muy cansado que te sientas, no dudes en recurrir a Él. Puedes orar de rodillas o sentado. Cuando puedas, hazlo de pie. No importa tanto tu postura, es suficiente con que ores.
Agradécele a Dios por el día que está terminando, aunque haya sido uno difícil y lleno de problemas. Pídele que te conceda una buena noche y que te perdone... ¡con un arrepentimiento profundo por todas tus faltas!
(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Călăuzire către viața duhovnicească, Editura Egumenița, p. 54)