Palabras de espiritualidad

Perdonar en vez de discutir

  • Foto: Benedict Both

    Foto: Benedict Both

Translation and adaptation:

No debemos discutir con nadie, sino librarnos del odio que pueda haber en nuestro interior y perdonar a todos los que nos hagan el mal.

Escuchen lo que les digo: si el demonio los perturba y los aflige, o si ven que su esposo o esposa se ha enfadado, no comiencen ninguna discusión. Lo mejor es pensar: “Lo dejaré para mañana. Mañana le diré lo que tenga que decirle”. Sólo así evitarán agitarse, reñir y enfadarse aún más.

Ante cualquier atisbo de ira o de reyerta, es mejor pensar: “Hoy no. Mañana le diré lo que pienso. ¡Por Dios seré paciente hasta mañana! Y mañana, ya con tranquilidad, hablaremos, y le diré en qué cosa no estoy de acuerdo y en dónde sí tiene la razón”.

Es muy importante aprender a perdonar a los demás lo antes posible. Hermanos, hay una expresión popular muy sabia, y creo que es bueno que todos la conozcan: “¡La ira del hombre jamás obra la justicia de Dios!”. En familia, en la medida en que todos acudan a su padre espiritual para confesarse y asistan a la iglesia, tendrán paz en su hogar; pero, si no se confiesan, habrán de enfrentar muchos problemas. Hay otras palabras muy juiciosas: “Una mujer puede hacer bueno o malo a su esposo”. Una mujer virtuosa es esa que puede guiar a su esposo a la confesión, que puede levantarse de madrugada a orar con su él, que puede enseñarle a no juzgar a los demás... esa que puede llevarlo a la salvación. Insisto, no debemos discutir con nadie, sino librarnos del odio que pueda haber en nuestro interior, y perdonar a todos los que nos hagan el mal. No es posible proteger a nuestra familia del demonio y de las tentaciones de la vida, sino por medio de una vida pura, con confesión, con arrepentimiento, con participación en los oficios litúrgicos... Haciendo esto, verán con qué facilidad podrán vencer.

(Traducido de: Monah Proclu Nicău, Lupta pentru smerenie şi pocăinţă, Editura Agaton, Făgăraş, 2010; p. 66)