Perdonar sin olvidar es como no perdonar
El perdón sin olvido es como si no existiera; es como un huerto sin perro guardián o una boca sin dientes.
Nos cuesta perdonar a quienes nos ofenden. O si los perdonamos, no olvidamos. Y el perdón sin olvido es como si no existiera; es como un huerto sin perro guardián o una boca sin dientes. Y más difícil nos resulta perdonarnos a nosotros mismos. Y ese rencor nos envenena. Para poder obtener la paz interior, tenemos que llegar, por medio del arrepentimiento, más allá del arrepentimiento: tenemos que ser capaces de perdonarnos.
Lo más difícil es perdonar a aquellos a quienes nosotros mismos ofendimos. El que logre perdonar a quien haya ofendido, verdaderamente estará realizando algo grande y difícil; es como si estuviera batiendo un récord.
(Traducido de: Părintele Nicolae Steinhardt, Jurnalul fericirii, Editura Mănăstirii Rohia, Rohia, 2005, p. 81)