Podemos ser indiferentes ante los ataques del maligno
Esta es la indiferencia que necesita el hombre sensible, a quien el maligno intenta agitar con toda suerte de pensamientos.
¿Hay una indiferencia que sea “buena”, padre?
—Sí, es la que necesita el hombre sensible, a quien el maligno intenta agitar con toda suerte de pensamientos. En un caso como este, es bueno que el hombre se haga un poco indiferente, en el sentido correcto de la palabra, evitando indagar minuciosamente ciertas cosas. Esta indiferencia es buena también para aquel que puede ser impasible en muchas cosas, pero en otras tiene una sensibilidad exagerada. En tales casos, esa buena indiferencia también es recomendable. No obstante, para esto necesitará de la guía y el consejo permanente de su padre espiritual.
(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Cuvinte duhovnicești, Vol. III Nevoință duhovnicească, Editura Evanghelismos, București, 2003, pp. 20-21)