¿Por qué Dios permite las tentaciones?
La esperanza en Dios no puede terminar nunca en desesperanza. Las tentaciones nos dan humildad. Dios sabe cuánto puede soportar cada uno de nosotros y por eso no permite que nos vengan tentaciones más poderosas que nuestras propias fuerzas. Sin embargo, debemos estar atentos, para no caer solos en tentación.
Las tentaciones nos son permitidas para que conozcamos nuestros vicios ocultos, para luchar con ellos y sanar nuestra alma. Son también una señal de la misericordia divina. Por eso, abandónate en las manos de Dios y pídele Su ayuda, para que te fortalezca en la prueba que atraviesas.
La esperanza en Dios no puede terminar nunca en desesperanza. Las tentaciones nos dan humildad. Dios sabe cuánto puede soportar cada uno de nosotros y por eso no permite que nos vengan tentaciones más poderosas que nuestras propias fuerzas. Sin embargo, debemos estar atentos, para no caer solos en tentación.
Confiemos, pues, en el Dios bueno, fuerte y vivo, y Él nos hará descansar. Después de las tentaciones siempre viene la alegría espiritual. Dios conoce a los que son pacientes en las pruebas y tristezas, por Su amor. Así pues, ¡no permitan que su alma se empequeñezca y no teman!
(Traducido de Sfântul Nectarie al Pentapolei, Învăţături, traducere din limba greacă de Ieroschimonah Ştefan Nuţescu, Editura Evanghelismos, Bucureşti, 2009, p. 17)