¿Por qué encendemos velas frente a los íconos?
Muchos cristianos se preguntan por qué debemos encender velas frente a los íconos. San Nicolás Velimirovich nos da aquí la respuesta, en siete puntos esenciales.
Una de las prácticas más comunes para la Ortodoxia es la de encender candelas o velas frente a los íconos. Tal práctica es realizada, tanto por los sacerdotes en la iglesia como por los monjes o los fieles comunes en sus casas.
Muchos cristianos se preguntan frecuentemente por qué debemos encender velas frente a los íconos. Lo mismo le fue preguntado a San Nicolás Velimirovich, por parte de una persona con quien solía mantener correspondencia. La respuesta de San Nicolás se resume en siete motivos principales, muy fáciles de entender y de seguir, y que se asientan con sabiduría en el corazón del lector; éstos aparecen en la carta número dieciocho, publicada en Răspunsuri la întrebări ale lumii de astăzi, vol. I, Editura Sophia, 2002 (en rumano).
- En primer lugar, San Nicolás nos recuerda que nuestra fe es luz, y la luz es Cristo. Luego, en el centro de las oraciones que hacemos frente a los íconos, iluminados por la suave llama de una candela, está Cristo.
- Por otra parte, la candela encendida ilumina el rostro del santo representado en el ícono, porque los santos son llamados también “hijos de la luz”.
- En tercer lugar, la luz de la candela nos recuerda nuestros actos oscuros y nuestros pensamientos pérfidos y malvados, haciéndolos evidentes y riñéndonos por causa de ellos. Al mismo tiempo, nos impulsa a cumplir el mandamiento de Cristo: “que su luz alumbre a los hombres, para que vean lo bueno que hay en Ustedes”.
- El cuarto motivo que San Nicolás trae a colación en su carta, es que por medio de la luz de la vela ofrecemos un pequeño sacrificio a Dios, Quien también se sacrificó por nosotros. Es una forma de reconocimiento por todas las bondades recibidas en nuestra vida.
- A continuación, nos hace saber que los hijos de la oscuridad odian la Luz, y precisamente por eso encendemos la vela, para alejar cualquier sombra de temor y pensamientos que nos pudieran alejar de la oración.
- En el sexto argumento, San Nicolás Velimirovich menciona el aceite y la mecha de la vela, demostrándonos por qué nuestra vida debe ser dedicada a Dios, ardiendo de amor por Él y consumiendo toda debilidad por medio de la oración y la humildad.
- En último lugar, la vela material no puede ser encendida sin la participación de nuestra mano. De igual manera, nuestra candela interior no puede encenderse sin la gracia de Dios y sin la oración y la perseverancia en pedir por el perdón de nuestros pecados.