¿Por qué no ayunamos en la primera semana del Triodo?
Los significados espirituales y pedagógicos de esta semana se encuentran en la Parábola del Publicano y el Fariseo.
Si examinamos en el calendario litúrgico ortodoxo la primera de las tres semanas que anteceden al Ayuno Mayor, notaremos que el miércoles y el viernes están marcados como días libres de ayuno, por lo cual es permitido consumir cualquier clase de alimentos.
El Gran Tipikón de San Sabas nos muestra el motivo de esta dispensa:
“Debemos saber que en esta semana practican los perversos armenios su desagradable ayuno, en tanto que nosotros, los monjes, cada día, incluso el miércoles y el viernes, comemos queso y huevos en la hora novena, y los laicos comen carne, rompiendo así el dogma de tal suerte de herejía de los mencionados”.
Específicamente, el “desagradable ayuno”, del cual habla San Sabas, es, de hecho, un ayuno luctuoso que dura una semana, instituido por el obispo Sergio el Armenio (siglo VI) en memoria de su difunto perro Artsivurión. Este ayuno fue condenado, a lo largo de los siglos, por varios de los Padres de la Iglesia, entre los cuales podemos mencionar al Santo Jerarca Juan el Ayunador, Patriarca de Constantinopla, y al Santo y Venerable Teodoro el Estudita. Entendemos, pues, que la intención por la cual no ayunamos en esta semana es una de naturaleza apologética o polémica.
Por otra parte, los significados espirituales y pedagógicos de esta semana se encuentran en la Parábola del Publicano y el Fariseo, leida en todas las parroquias el primer domingo del Tríodo. En dicha parábola se nos describe la altiva forma de ayunar del fariseo, radicalmente opuesta a la humildad del publicano, que era pecador y daba testimonio de ello en su oración. Así, para prepararnos correctamente para ayunar —y para que no ayunemos como el fariseo, con soberbia y presunción—, la Iglesia decidió suspender totalmente el ayuno del miércoles y el viernes de esta semana.
La segunda semana del Triodo es una normal, es decir, con ayuno el miércoles y el viernes, en tanto que la tercera es conocida como la “Semana blanca”, porque está permitido consumir queso, leche, huevos y pescado, todos los días, incluso el miércoles y el viernes.