¿Por qué no podemos perdonar? ¿Por qué tendemos a responder al mal con el mal?

—No podemos perdonar, porque nos dejamos dominar por el deseo de sobrevivir, porque amamos nuestra vida mucho más que a cualquier otra cosa. En su Carta a los Hebreos, San Pablo nos dice que aquellos que han vivido temiéndole a la muerte, han crecido en el pecado y le han permitido a esta que sea la soberana de sus vidas (Hebreos 2, 15). Pero, si confiamos en la Palabra de Dios, especialmente si seguimos el ejemplo de Cristo, Quien incluso ofrendó Su vida por la salvación de todos, podemos atrevernos a perdonar a quienes nos ofenden. El perdón a nuestros semejantes nos abre el camino hacia Dios. Si no perdonamos, significa que nos amamos a nosotros mismos mucho más que a cualquier cosa, y permanecemos cerrados a la Gracia de Dios. Cuando no perdonamos, nos volvemos tan egoístas que somos capaces de cometer cualquier vileza.

Por el contrario, cuando perdonamos, demostramos que creemos en la Palabra del Señor, Quien nos habla como si fuéramos Sus pares: “Si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, también os perdonará a vosotros vuestro Padre Celestial” (Mateo 6, 14).

(Traducido de: Arhimandritul Zaharia Zaharou, Merinde pentru monahi, Editura Nicodim Caligraful, Sfânta Mănăstire Putna, 2012, pp. 41-42)