¿Por qué pierdes la esperanza?
Si Su bondad te creó para que goces de las bondades del Paraíso, ¿de qué te sirve entristecerte?
Dices: “Me iré al infierno, no hay salvación posible para mí”. Esos pensamientos son una blasfemia, porque insultan al Crucificado y a Su infinito amor por la humanidad. San Isaac el Sirio nos enseña: “Cuando arrojas un puñado de arena al mar, ésta se disuelve y desaparece, sin apenas alterar las aguas que le reciben. Lo mismo sucede con tus pecados, cuando caen en el infinito océano de la misericordia de Dios... desaparecen inmediatamente”. En consecuencia, ¿por qué pierdes la esperanza?
San Juan Crisóstomo dice, lleno de convicción: “Si Dios te hubiera creado para que sufras, sería 'razonable' que perdieras la esperanza. Pero si Su bondad te creó para que goces de los bienes del Paraíso, ¿de qué te sirve entristecerte? La desesperanza 'habita' sólo en el infierno. Luego, mientras tengas vida, la esperanza de la salvación seguirá existiendo.” (Homilía I, a Teodoro caído)
(Traducido de: Arhimandrit Vasilios Bacoianis, Duhovnicul și spovedania, traducere de pr. Victor Manolache, Editura de Suflet, București, 2012, pp. 61-62)