A propósito de los milagros de San Cosme de Etolia
La vida entera de San Cosme es un milagro. A los diecinueve años atravesó toda Grecia caminando a pie. Además, según el testimonio del archimandrita Caralampio Vasilopulos, San Cosme fundó cientos de escuelas de educación primaria en aquel país. También son asombrosas sus profecías, muchas de las cuales ya se han cumplido, en tanto que el resto habrá de hacerlo en un futuro cercano.
El primer milagro después de su martirio fue el asombroso descubrimiento de su cuerpo. El padre Marcos lo encontró en el río Apso (Semeni) aún de pie.
El segundo milagro ocurrió seis días después, cuando su cuerpo aún parecía tener vida y de él emanaba una agradable fragancia.
El tercer milagro después de ser martirizado fue la sanación de una mujer que estaba poseída. Esta se hallaba en primera fila durante el sepelio y, al ver las santas reliquias, fue sanada. El demonio salió y nunca más volvió a acercársele.
También durante sus honras fúnebres, el santo realizó otro milagro. Castigó a uno de sus verdugos. El hombre, un descreído impenitente, se puso en la cabeza la skufia de San Cosme y se burlaba de él. Pero el castigo de Dios no tardó en llegar. El miserable siervo de Kurt Pasha fue poseído por un demonio, quien lo hizo desvestirse y ponerse a correr entre la gente, gritando que había sido él quien había matado al santo. Al enterarse de esto, el temible Kurt Pasha ordenó que lo encerraran en un calabozo, en donde murió al poco tiempo, entre alaridos y un terrible sufrimiento.
(Traducido de: Constantin V. Triandafillu, Sfântul Cosma Etolianul – Viaţa şi învăţăturile, traducere de Ieroschim. Ştefan Nuţescu, Editura Evanghelismos, Bucureşti, 2010, pp. 201-202)