Palabras de espiritualidad

¿Puedes ofrendar tu corazón a Dios?

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Procuremos mantener la mente y el corazón dirigidos al Cielo, para nuestra salvación.

La oración no debe hacerse solamente en determinados momentos del día, sino que debe constituir un anhelo, pero también un hábito: tiene que ser algo permanente.

Y no me refiero aquí solamente a las santas paráclesis y otras oraciones similares, que implican la participación del cuerpo con postraciones o posturas más propicias y piadosas, sino a mantener la mente dirigida a Dios, a pensar en Él de un modo personal, aun sin decir nada, ofreciéndole solamente, con el corazón, un sentimiento de amor y respeto. En todo caso, procuremos mantener la mente y el corazón dirigidos al Cielo, para nuestra salvación.

(Traducido de: Arhimandritul Arsenie Papacioc, Scrisori către fiii mei duhovnicești, Mănăstirea Dervent, Constanța, 2000, pp. 159-160)