Qué hacer cuando aparecen las tormentas familiares
“Deseamos tener un matrimonio feliz, algo que llene nuestros corazones, pero no esperamos alcanzar la tierra prometida sin antes atravesar el desierto.”
La vida no es siempre lo que esperábamos. De una forma u otra, la infelicidad forma siempre parte de ella.
No obstante, hay unos pocos que parecieran tener fortuna en todo. Pero, para la mayoría de mortales, lo común son las enfermedades, los fracasos, las pérdidas, el dolor, la desesperanza y la muerte.
¿Qué es, entonces, ese “algo” que puedes hacer cuando las circunstancias adversas llenan tu vida?
Una actitud adecuada en los momentos difíciles es aceptar con estoicismo el hecho que tú no tienes por qué ser la excepción en lo que respecta a recibir golpes y atravesar tormentas. Con esto no quiero inspirarte la idea del fatalismo, pero atención a este dato: hay muchísimas parejas incautas que avanzan sin mayor cuidado, erróneamente convencidas de que el infortunio y las tormentas van a respetar un amor como el suyo. Se equivocan al creer que su certificado de matrimonio incluye también una garantía de vida feliz.
Estarán en el buen camino, cuando coincidan en que: “deseamos tener un matrimonio feliz, algo que llene nuestros corazones, pero no esperamos alcanzar la tierra prometida sin antes atravesar el desierto.”
(Traducido de: Charlie W. Shedd, Scrisori Caterinei. Sfaturi unei tinere căsătorite, traducerea Preot Constantin Coman, Garoafa Coman, Editura Bizantină, București, p. 122)