¿Qué necesitamos para alcanzar la eternidad?
Quien no perdone y quien no pida perdón, esforzándose lo más posible, no podrá reconciliarse con su propia conciencia. Ese hombre se habrá borrado para siempre de la vida eterna.
Todo el misterio, toda la sal de la vida cristiana consiste en saber pedir perdón. En no saber hacer el mal y en no hacerlo. En no pensar en cometer pecado y en no cometerlo.
El ebrio, el adúltero y el soberbio pueden hacerse dignos de la misericordia de Dios. Pero quien no perdone y quien no pida perdón, esforzándose lo más posible, no podrá reconciliarse con su propia conciencia. Ese hombre se habrá borrado para siempre de la vida eterna. ¿Por qué? Porque ha perdido toda relación con Dios. Y sus plegarias no serán escuchadas.
(Traducido de: O viață de jertfă – Mărturisirile Cuviosului stareț Samson Esper, Traducere de Severin Alexandru, Editura Egumenița, Galați, 2010, p. 56)