¡Que no te cueste darte a los demás!
Ante todo, no le guardes rencor a nadie. Que tu sonrisa no desaparezca de tu rostro y que a los demás no les falte tu amor.
Ante todo, no le guardes rencor a nadie. Que tu sonrisa no desaparezca de tu rostro, y que a los demás no les falte tu amor. ¿Qué dice el Señor? “Con vuestra paciencia os ganaréis vuestras almas”, es decir que nos salvaremos. Sé paciente y deja que el otro diga lo que quiera. Indulgencia… Pero, para obtener experiencia, debes tener un contrario. Solo entonces tu “comida” adquirirá un buen gusto. Es decir, pon un poco de sal (paciencia), y todo en tu vida tendrá otro sabor.
(Traducido de: Ca aurul în topitoare. Viața mucenicească a unui Iov al zilelor noastre: Anastasie Malamas, Traducere din limba greacă de Ieroschimonah Ștefan Nuțescu, Editura Evanghelismos, București, 2012, p. 44)