¿Qué pasa si no ponemos en práctica lo que leemos?
No obtendremos ningún provecho, sino que estaremos perdiendo el tiempo y cansándonos sin sentido, porque no aprenderemos absolutamente nada.
Si no mantenemos la mente concentrada al hacer nuestro trabajo espiritual, no obtendremos ningún provecho, sino que estaremos perdiendo el tiempo y cansándonos sin sentido, porque no aprenderemos anbsolutamente nada. Haremos como el tipógrafo que, distraído, olvida poner tinta en los tipos y hace que todo la maquinaria de imprimir trabaje en el aire, infructuosamente.
Quienes mantienen su mente concentrada cuando leen, pero se limitan solamente a leer, sin poner en práctica nada de lo leído para crecer espiritualmente, se asemejan a los agricultores que consideran algo muy pesado trabajar en el campo, razón por la cual prefieren quedarse cómodamente en la sombra, leyendo libros sobre agricultura y aprendiendo un cúmulo de asuntos teóricos, pero sin ponerse a trabajar para obtener alguna satisfacción de su esfuerzo.
También las mujeres disfrutan la lectura y podrían obtener un provecho espiritual mucho mayor que el de los hombres, porque no suelen priorizar el pensamiento razonal y tienen una fe mucho más grande. Sin embargo, son pocas las que leen y crecen, porque la mayoría de ellas, cuando se examinan a sí mismas, empiezan a lamentarse y hacen verdaderos análisis microbiológicos espirituales, sin empezar por cortar primero sus pasiones más grandes y después las más pequeñas, que también desaparecen por sí mismas, poco a poco, con la ayuda de la Gracia de Dios.
(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Epistole, Editura Evanghelismos, pp. 148-149)