“Una amiga mía aceptó vivir en concubinato, sólo porque su elegido aún no le propone casarse. ¿Qué consejo puedo darle?” (Margarita N.)

Si el joven no pide a la muchacha en matrimonio, ella tendrá que hablarlo con él. Mi consejo es el siguiente: que se arme de valor y que le diga, con toda serenidad, que lo ama y que quiere formar una familia con él. Debe decirle que ella ya se decidió y que sólo espera que él también lo haga. Y si el muchacho no está listo para dar ese paso, es mejor que vivan separados.

Si tu amiga quiere realmente a ese chico y él la ve a ella como su otra mitad, su esposa, su amiga y la madre de sus hijos, aceptará ir lo antes posible al Registro Civil. No tiene ningún sentido escuchar los argumentos que él pueda darle en contra del matrimonio, ya que ninguno será consistente. También, la capacidad femenina de conmover puede jugar un importante rol en este caso... Las chicas son muy pacientes y suelen obviar la pasividad de los hombres, su bloqueo mental o la simple falta de interés por enfrentar los problemas.

Si, al contrario, para el chico todo se trata tan sólo de un juego, entonces no dará ese paso y la abandonará. Si ese es el caso, es mejor que suceda pronto.

(Traducido de: Dr. Dimitri Avdeev, Ioana Besedina, Femeia și problemele ei: perspectiva psihiatrului ortodox, traducere din limba rusă de Eugeniu Rigoti și Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, București, 2011, pp. 16-17)