Palabras de espiritualidad

¿Qué queda de la familia cuando los esposos no se soportan?

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Esta naturaleza abrasiva de la vida conyugal bien podría llamarse “ascesis”. Justamente, he escuchado a muchos experimentados monjes decir que el esfuerzo ascético de la vida conyugal es más grande que el de un monje en el monasterio.

La dificultad de una relación radica en el hecho que amar no es lo mismo que gustar. Siempre habrá ciertos rasgos y características, en cada cónyuge, que el otro no podrá soportar. Arrogancia, dejadez, charlatanería o impaciencia, ponle tú el nombre. O quizás se trate de hábitos y gustos heredados de la familia paterna, idiosincrasias superficiales. Lo cierto es que hay situaciones en las que el esposo y la esposa simplemente se destruyen mutuamente los nervios.

¿Qué puede hacer cada uno de los esposos, en el amor, con los rasgos que le desagradan del otro? Esta naturaleza abrasiva de la vida conyugal bien podría llamarse “ascesis”. Justamente, he escuchado a muchos experimentados monjes decir que el esfuerzo ascético de la vida conyugal es más grande que el de un monje en el monasterio.

En otros grupos sociales, puedes evitar la compañía de alguien cuya personalidad te desagrada. Haciendo un esfuerzo, quizás puedas soportar sus exasperantes peculiaridades durante un determinado período de tiempo. Pero es imposible aislarte en tu propia familia. Así como eres tú, debes conseguir entenderte con los otros miembros de tu círculo familiar, así como son ellos. Una familia cristiana, “iglesia doméstica”, se conforma sólo cuando el “llegar a un entendimiento” representa la verdadera encarnación de la fe cristiana, la esperanza y el amor.

(Traducido de: Sophie Koulomzin, Biserica și copiii noștri, traducere de Doina Rogoti, Editura Sophia, București, 2010, p. 122)