Qué recompensa reciben los padres por educar bien a sus hijos
Sólo entonces recibirás una gran retribución, cuando los hijos que hayas traído al mundo perseveren en la fe, en el amor y en la santidad.
Tanto los papás como las mamás tendrán su recompensa. Tanto los unos como las otras deben obedecer lo que dicen las Escrituras, porque éstas no se dirigen en menor medida a las mujeres que a los hombres. El Santo apóstol Pablo dice: “la mujer, habiendo sido engañada, se hizo infractora del mandamiento”, agregando: “pero ella alcanzará la salvación dando a luz a sus hijos..." (I Timoteo 2,14-15).
Lo que él quiere decirle a la mujer es lo siguiente: ¿Sufres porque la primera mujer no te heredó más que trabajos y dolores de parto? No te asustes y no te aflijas, no te rebeles porque las alegrías que recibirás mientras crecen tus hijos, si así lo quieres, te harán olvidar todos esos dolores y te harán sentir que, criándolos, cumples con una grandísima labor. Si te preocupas en darle a tus hijos una buena educación y los guías hacia la virtud, alcanzarás la salvación. Esos trabajos, esos cuidados y esa labor tuya tan importante serán recompensados plenamente. Para que te convenzas que madre no es sólo la que da a luz y que no en el simple hecho de dar a luz se halla esa retribución, escucha lo que dice el apóstol Pablo en esa misma epístola sobre la viuda: “si ha criado a sus hijos...” (I Timoteo 5,10). No dice sólo “si ha dado a luz”, sino “si ha criado a sus hijos”, porque el dar a luz es algo natural, pero criar es algo que se elige. El mismo Pablo, luego de afirmar: “alcanzará la salvación dando a luz a sus hijos”, no se detiene, sino queriendo demostrar es no sólo dar a luz, sino criar a los hijos, agregó: “si perseveran, con sabiduría, en la fe, en el amor y en la santidad" (I Timoteo, 2,15).
En otras palabras: Sólo entonces recibirás una gran retribución, cuando los hijos que hayas traído al mundo perseveren en la fe, en el amor y en la santidad. Si los guías hacia la fe, hacia el amor y la santidad, si los estimulas, si los educas y los aconsejas, por todos estos cuidados te espera una gran recompensa por parte de Dios.
(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Părinții și educarea copiilor, traducere de Ieromonahul Benedict Aghioritul, Editura Agapis, București, 2007, p. 13) h