¿Qué son las cosas del mundo para el cristiano auténtico?
Para el cristiano verdadero, los únicos bienes de este mundo que puede llevarse consigo y se lleva a la vida eterna son sus buenas acciones.
El viajero no lleva consigo, cuando parte al extranjero, ningún bien inmueble, ni sus tierras, ni nada parecido, sino solo lo estrictamente necesario para poder existir. De igual forma, para el cristiano verdadero, todo lo que hay en este mundo se asemeja a esos bienes inmuebles del viajero. ¿Por qué? Porque todo eso se quedará aquí… incluso su propio cuerpo. Sobre esto nos habla el Santo Apóstol Pablo: “Nada hemos traído a este mundo, y nada nos llevaremos de él” (I Timoteo 6, 7). Por tal razón, el cristiano verdadero no busca nada en este mundo, a excepción de lo que le es absolutamente necesario, repitiendo con el Apóstol: “Debemos contentarnos con tener lo suficiente para comer y vestir” (I Timoteo 6, 8). El viajero envía o se lleva de vuelta a su patria cosas pequeñas, fáciles de transportar, como dinero o ciertos productos. Del mismo modo, para el cristiano verdadero, los únicos bienes de este mundo que puede llevarse consigo y se lleva a la vida eterna son sus buenas acciones.
(Traducido de: Sfântul Tihon din Zadonsk, Comoară duhovnicească, din lume adunată, Editura Egumeniţa, Galaţi, 2008, p. 71)