Palabras de espiritualidad

¡Que tu nombre sea mencionado en la Divina Liturgia!

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Busca ser recordado en la Divina Liturgia. Porque se introduce, querido hijo mio, en la Santa Sangre, una partícula en tu nombre. Y dice el sacerdote: “Señor, por Tu preciosa sangre y la plegarias de Tus santos, lava de sus pecados a los que aquí hemos conmemorado“. Y todas esas partículas se sumergen en el Cáliz con la Santa Sangre.

No importa en dónde te encuentres: aunque estés vivo, aunque estés muerto, te has salvado. ¡Y es que se recuerda tanto a los vivos como a los muertos! ¿Y cuánto te cuesta...? Busca, pues, ser recordado en la Divina Liturgia. Sea que te conozca algún sacerdote, o incluso tu propio padre espiritual, sea que escribas tu nombre en un papelito en la Liturgia, ¡pero hazlo! Eso es todo.

La Liturgia no es una realización humana, queridos hijos. Tampoco es obra de los ángeles. ¡Es justamente un acto divino! Porque tú no podrías ejecutar lo que sucede allí. Él (Dios) es El que es. Y si fuera posible que los cielos y el techo del Altar se abrireran, no verías en las alturas tanta luz y tanta solemnidad, como la que hay en el Santo Altar, con los ángeles, porque Cristo está entre nosotros.

Nosotros, los sacerdotes, tenemos esta oración, durante la “Pequeña entrada”: “Haz que a nuestra entrada se asocie la de los santos ángeles, para que celebren con nosotros”. Luego, el sacerdote tiene autoridad. Porque ellos están también ahí: ¡una legión de ángeles! ¡También está Cristo! ¿Qué, crees que es un juego?

Entonces, busca cómo ser mencionado en la Divina Liturgia.



 

(Traducido de: Ne vorbește părintele Arsenie)

 

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